Mujeres y Migración en un mundo globalizado: integración, seguridad y oportunidades

Roma, Italia, 17 y 18 de enero de 2003

Resolución

Para un número cada vez mayor de mujeres, la globalización ha conducido a la emigración; cada vez mas mujeres se ven implicadas en procesos migratorios internos, regionales e internacionales para encontrar trabajo. A la mayoría de ellas se las emplea en labores agrícolas y en el trabajo doméstico.

Las mujeres emigran para escapar de desastres naturales y ecológicos, de las guerras, de la represión política, la discriminación de género y la violación de sus derechos humanos. Algunas mujeres se ven forzadas a emigrar a causa de los traficantes.

El tráfico de mujeres para la prostitución constituye un crimen especifico de género. La mayoría de las víctimas del tráfico de seres humanos, no todas, son mujeres y la inmensa mayoría de los traficantes son hombres. Hay que combatir el tráfico en ambos extremos de la cadena. Los mercados solo funcionan si existen clientes.

El tráfico puede perseguir otros fines. Jóvenes de ambos sexos, mujeres y hombres, son objeto de compra y venta para ser empleados en trabajos extenuantes, en la construcción o en plantaciones. Se secuestran niños para las fuerzas armadas y se vende a mujeres y niños como esclavos domésticos.

Las políticas restrictivas de inmigración corren el riesgo de no dejar otra salida a los emigrantes que no sea la de recurrir al contrabando lo que permite a los traficantes seguir la misma lucrativa vía. Es de suma importancia que las medidas que tomen los estados contra el tráfico de seres humanos no restrinjan la inmigración, la libertad de circulación, el derecho a la movilidad y, muy especialmente, las posibilidades de emigración de las mujeres.

Aunque la cifra global de emigrantes adultos, pone de manifiesto que hay mas hombres que mujeres emigrantes, el número de mujeres migrantes va aumentando en mayor proporción que la de los hombres.

Mientras las personas sigan abrigando la esperanza de mejorar sus vidas cambiando de pais, van a seguir emigrando. La mejor forma de apoyar a estos seres humanos consiste en luchar por un mundo más justo.

En los países altamente desarrollados existe un conflicto. Las sociedades necesitan tanto hombres como mujeres migrantes. Sin embargo algunos ciudadanos de estos países se sienten amenazados por la presencia de emigrantes. Puede que teman una mayor competencia en el mercado de trabajo o que se sientan inseguros por los cambios que implica la diversidad cultural y religiosa. De este modo, mientras que la economia y una mayor prosperidad dependen de la inmigración, la sociedad a menudo teme sus consecuencias. La economía necesita a los inmigrantes, pero la sociedad les teme. Este conflicto debe ser superado.

Los movimientos migratorios no pueden ser detenidos. Sin embargo es necesario reglamentar la migración. Poder contar con flujos migratorios ayuda a los paises receptors a establecer políticas de integración para asistir a los inmigrantes y tranquilizar a los ciudadanos.

Es probable que, como resultado de las mayores restricciones sobre movilidad internacional, el número de trabajadores ilegales aumente. Sin embargo, las inmigrantes oficialmente autorizadas como trabajadoras son especialmente vulnerables, puesto que generalmente se las emplea en trabajos mal pagados y no especializados, con escasa o nula protección legal.

Además, las mujeres que llegan a un país siguiendo a sus familias o a sus cónyuges suelen vivir en un medio aislado donde su función tradicional se mantiene vigente, hecho que fortalece el modelo familiar conservador. Ellas son invisibles, sus voces no se oyen, a menudo son maltratadas y se les niegan sus derechos elementales. A menudo son explotadas por los traficantes y se transforman en víctimas de esta nueva forma de esclavitud, producto de una combinación de factores discriminatorios que se refuerzan mutuamente.

Actualmente, las políticas de integración estan mas orientadas a los hombres que a las mujeres, porque ellos son más visibles. Por lo tanto, hay que tomar medidas para extraer a la mujer de entre las sombras, y priorizar politicas que ponga de relieve su educación, su preparación profesional y su experiencia. Ellas deben participar en las politicas de integración social y ser protagonistas activas de ella.

La promoción de los procesos de integración en los países de acogida debe ir acompanada de cooperación internacional a fin de reducir la necesidad de emigrar por razones economicas. La discriminación de las mujeres es una de las principales causas de pobreza en todo el mundo. Para lograr una reducción eficaz de la pobreza hay que poner en marcha acciones tales como planes para la concesión de micracreditos o otorgarles el derecho a poseer tierras.

Tanto las mujeres como los hombres emigrantes colaboran al desarrollo de sus países de origen enviando a sus hogares parte de sus ingresos. Las remesas de este tipo son ya superiores a las corrientes de ayuda oficial al desarrollo. Es importante asegurar que estos fondos puedan usarse adecuadamente garantizando el acceso de los emigrantes (especialmente las mujeres) y de sus familias a los servicios bancarios.

Por lo tanto, la Internacional Socialista de Mujeres urge a los gobiernos a que:

garanticen políticas de Igualdad de Oportunidades para las mujeres inmigrantes que no se basen en medidas protectoras, sino en derechos de ciudadanía;

fomenten politicas que empoderen y protejan a las mujeres inmigrantes para que puedan ser oídas y defenderse así contra el racismo, la discriminación y la explotación;

desarrollen un Estatuto de los derechos de ciudadanía de las mujeres inmigrantes, que comprenda el derecho a los servicios de salud, de orientación y formación, el reconocimiento de los titulos academicos de sus países de origen y el derecho al trabajo en condiciones decorosas;

pongan en marcha politicas destinadas a defender los derechos humanos de la mujer contra el tráfico de mujeres y contra el crimen internacional organizado con especial hincapié en la explotación sexual teniendo en cuenta el aumento del numero de mujeres victimas;

adopten medidas como:

  • La recolección, análisis e intercambio de datos compatibles realizados por los diversos actores, incluidas las ONGs;
  • La organización de campañas de información y prevención destinadas a las víctimas potenciales y a los funcionarios gubernamentales de los países de origen y de tránsito;
  • el establecimiento de un sistema mundial global de vigilancia y prevención que haga el seguimiento de los posibles movimientos de refugiados y emigrados con el fin de evitar desde su origen, el tráfico de mujeres y niños.
  • La Internacional Socialista de Mujeres cree que los países de destino deben dar permiso de residencia provisional a las victimas del tráfico de seres humanos, tanto si testifican como si no lo hacen durante el proceso judicial por el que pasa la víctima del trafico.